lunes, 4 de mayo de 2015

Beautiful Killer

Título: Beautiful Killer
Pareja: LuChen (Lu Han x Chen), mención a SuYeol (SuHo x ChanYeol), a LayBaek (Lay x BaekHyun) y a XiuKai (XiuMin x Kai) (EXO)
Clasificación: NC–17
Géneros: Gremio de los Cazadores!AU, vampiros, ángeles, cazadores, aventuras, romance, smut
Número de palabras: 7.196 palabras
Resumen: JongDae es uno de los pocos cazadores natos que hay en el Gremio de Seúl, por eso es él a quien le encargan la misión de encontrar a aquel vampiro que ha escapado de su dueño poco antes de que se cumpliera su contrato.
Avisos: sexo explícito y algo de mención a violencia y sangre.
Dissclaimer: el mundo en el que está ambientada esta historia no me pertenece, le pertenece a la gran Nalini Singh.
Notas: fic escrito para la tercera edición de Doce Dioses, en el reto literario.
Comentario de autora: me pensé mucho si presentarme o no a este reto porque tenía muchas cosas que hacer, pero finalmente lo hice tras leerme “La espada del arcángel”, libro que había dejado aparcado demasiado tiempo y al que le tenía muchísimas ganas. Espero que os guste.
Aclaraciones: esta historia se enmarca justo después de la batalla contra Lijuan de Rafael y Elena en Beijing, para los que se hayan leído los libros que tengan un poco de situación cronológica de los hechos.




            Kim JongDae olfateó el frío aire de la noche en busca de algún rastro del vampiro en el ambiente; sin embargo, no había nada. Era un vampiro muy joven el que había matado a la chica que se encontraba a sus pies, completamente desangrada, tan joven que seguramente no llegaría ni al año, por eso le resultaba tan difícil encontrar su rostro en el ambiente. El cazador negó con la cabeza y luego se acercó de nuevo al cuerpo de aquella chica morena, cuyas puntas estaban teñidas de un vivo color naranja —aunque en aquellos momentos su cabello tenía rastros de sangre por todas partes— y volvió a aspirar el aroma que había dejado aquel vampiro en ella, incorporándose rápidamente al haber dado con lo que buscaba.

            Rápidamente echó a correr, sacando de su bolsillo su teléfono móvil y marcando el uno, donde tenía guardado el número de ChanYeol. Él se encargaría del cuerpo de aquella chica y de averiguar quién era mientras él se dedicaba a encontrar a aquel vampiro que se había escapado de su dueño. Kim MinSeok era uno de los vampiros más antiguos de Seúl, y se rumoreaba que uno de los más antiguos de aquella parte del mundo, casi tanto como podía serlo Dmitri, el segundo al mando de Rafael, el arcángel de Nueva York, y a este no le gustaba que los vampiros a su cargo se le escaparan por nada del mundo, así que JongDae debía encontrar rápido a su presa.

            —¿Pasa algo ChenChen? —escuchó la voz grave de ChanYeol al otro lado de la línea, con un leve matiz de enfado e irritación en ella. Probablemente lo había molestado con su llamada de madrugada, aunque su voz no denotaba que se acabara de despertar…
            —Sal de la cama de JunMyeon y ve a la ribera del río Han, cerca de Myeongdong, allí te encontrarás a una chica que necesita ser identificada —le dijo sin perder el tiempo.
            —No estoy en la cama de JunMyeon —protestó el más alto, aunque ambos sabían que si ChanYeol estaba despierto de madrugada solo había dos opciones: o estaba de caza o con JunMyeon.
            —Pues si estás en nuestro piso y te has metido en mi cama, mañana te encontrarás que te has quedado sin esas bonitas orejas de soplillo que adornan tu cabeza —amenazó JongDae, escuchando un gemido de dolor al otro lado de la línea.
            —En unos minutos estaré allí —respondió el otro con seriedad y JongDae pudo escuchar el rozar de las sábanas y una voz dulce susurrando al otro lado que identificó como la de JunMyeon, aunque no pudo saber qué era lo que decía—. ¿Dónde estás tú? —cuestionó ChanYeol.
            —Persigo el rastro del vampiro de MinSeok —contestó—. Es muy joven y se pierde de vez en cuando, pero creo que puedo encontrarlo antes del amanecer.
            —Suerte con la caza —fue lo último que escuchó antes de colgar y guardar su teléfono en el bolsillo de cremallera de su cazadora de cuero.

            JongDae detuvo su carrera de golpe porque había perdido el rastro de nuevo y se mordió el labio inferior, muy frustrado. Era la primera vez que cazaba a alguien tan joven y no estaba acostumbrado a que aquello le pasara, generalmente tenía un rastro muy nítido que sus sentidos de cazador nato podían seguir sin ningún problema. Sin embargo, a pesar de las dificultades, tenía que dar con aquel vampiro llamado Kai antes del amanecer, así que JongDae se volvió a poner en marcha.

★★★

            Llegar al despacho de JunMyeon para darle el parte de caza por la mañana después de entregar a Kai a su dueño y ver cómo el vampiro milenario lo recibía con los brazos abiertos y un látigo para comenzar con el castigo por haberse escapado y encontrarse al director del Gremio de Cazadores de Seúl sobre la mesa de su escritorio, con los pantalones por los tobillos, y a ChanYeol lamiendo su miembro como si se tratase de un caramelo no era lo más agradable de ver del mundo. Por eso, JongDae decidió carraspear para hacerles saber que estaba allí.

            Inmediatamente, los otros dos se separaron y JunMyeon se adecentó, adoptando la posición seria que le correspondía como director.

            —¡JongDae! No te esperábamos aquí —dijo. Su voz era una octava más alta que lo que era habitual.
            —No tan pronto al menos —murmuró ChanYeol. Apenas si levantó su voz, pero el oído desarrollado de JongDae pudo captar claramente sus palabras.
            —He terminado mi caza con éxito —anunció—. Kai ha sido entregado a MinSeok y yo te traigo el informe de la caza —le tendió al mayor de los tres una carpeta con unos cuantos de folios con los detalles de la caza que había realizado durante los días anteriores—. Espero que el dinero que me vaya a pagar el vampiro esté en mi cuenta en los próximos días y la próxima vez, cerrad la puerta —les dijo, caminando hacia el exterior del despacho, aunque se volvió una vez más hacia los dos—. Ah, Yeol, te espero en casa después de que le hayas bajado la erección al director —y se fue.

            El cazador salió del edificio que tenía el Gremio en el centro y cogió un taxi a su casa. Tenía el coche aparcado por allí cerca, pero después de casi cuarenta y ocho horas sin dormir, no se sentía con fuerzas para conducir y no le gustaban las aglomeraciones de los autobuses o el metro, había demasiados olores para sus sensibles fosas nasales y prefería no estar rodeado de mucha gente, aunque eso le supusiera tener que pagarle una pasta al taxista. Bueno, MinSeok siempre pagaba bien y su cuenta bancaria tenía muchos ceros, no era algo por lo que tuviera que preocuparse en demasía.

            JongDae pasó la mayor parte del trayecto al piso que compartía con ChanYeol mirando por la ventana cómo cambiaba la bulliciosa ciudad de Seúl a través del cristal y cuando llegó a aquel lugar que consideraba su hogar, se bajó del vehículo tras pagarle al taxista y entró al edificio de apartamentos. Le dirigió un lánguido saludo al portero y se subió al ascensor, pulsando la planta número diez y dejándose caer contra una de las paredes de espejos del cubículo. En la de enfrente, pudo ver su reflejo y este le devolvió la mirada. Estaba un poco demacrado y se veía a la legua que necesitaba comer y descansar.

            Por este motivo, una vez el ascensor se detuvo en su planta, entró a su apartamento y se dirigió directamente a su cama, tumbándose en ella en plancha, pensando que en cuanto ChanYeol llegara a casa lo mataría porque además de haber pasado la noche con JunMyeon en su cama, no había tenido ni siquiera la decencia de cambiarle las sábanas para que su olfato no delatara lo que había sucedido allí la noche anterior.

★★★

            Zhang YiXing todavía se estaba acostumbrando a la nueva ciudad a la que se había tenido que trasladar algunos meses antes cuando abandonó la corte de Lijuan porque la locura de la arcángel china era más que patente y él no quería formar parte de aquello que tenía planeado contra Rafael. El ángel había querido quedarse dentro de los dominios de Lijuan, en su China natal, pero finalmente había cedido a lo que BaekHyun le había pedido y se había trasladado a Seúl. BaekHyun había entrado en su pequeña familia cuando todavía era un ángel muy joven y ya llevaba con él al menos dos siglos, por lo que tenía muy en cuenta sus opiniones, aunque las tenía mucho más en cuenta cuando estas eran expresadas en la intimidad de su dormitorio.

            El ángel miró por la ventana del apartamento que había conseguido en Gangnam y que estaba hecho a medida para ángeles y vio a sus pies extenderse una parte de la ciudad. Le gustaba el cambio, aunque el lugar era más bullicioso de lo que estaba acostumbrado.

            YiXing escuchó cómo la puerta se abría a sus espaldas y vio por el reflejo del cristal que se trataba de BaekHyun. Esbozó una pequeña sonrisa en su rostro de alabastro antes de girarse lentamente hacia el recién llegado, cuidando que sus alas no rozaran el jarrón de fina porcelana que había sobre una mesita, era un obsequio muy antiguo.

            —BaekHyun… —murmuró. El ángel inclinó levemente su cabeza y terminó de acercarse a él para besar levemente sus labios. El beso fue como una caricia, nada parecido a los que se había acostumbrado a recibir del menor desde la primera vez que había pasado por su cama—. ¿Sucede algo? —cuestionó.
            —No podemos encontrar a Lu Han —respondió—. Parece que se ha escapado.

            Las manos de YiXing se cerraron en un puño y se clavó las uñas en la piel de las palmas. Lu Han, el vampiro más antiguo que le servía y al que solo le quedaban algunos meses para terminar su contrato se había escapado de su control. Aquello era una tontería, una soberana estupidez y Lu Han era muy listo, no podía haberse escapado sin ningún motivo. Sin embargo, aquello no significaba que no fuera a recibir su castigo por irse, teniendo tal edad soportaría muy bien cualquier cosa que le hiciera a su cuerpo, excepto la decapitación.

            —Va a pagar muy caro su atrevimiento —murmuró.

            El cuerpo de BaekHyun se pegó al suyo y sus sensibles alas se rozaron. Aquello era una manera de calmarlo del menor y YiXing inspiró hondo un par de veces para tranquilizarse.

            —Deberíamos avisar al Gremio —propuso este, escondiendo su rostro en su cuello y besando el punto débil de YiXing—. Ellos se encargarán de traerlo a casa.
            —Está bien —se dejó convencer fácilmente. Era mejor que los especialistas hicieran el trabajo sucio, así él no se cansaría y estaría fresco para poder aplicar el castigo.

★★★

            Era la primera vez que BaekHyun pisaba el edificio del Gremio de los Cazadores de Seúl y se sintió un poco cohibido al entrar. El lugar estaba diseñado para los humanos corrientes, por lo que para el tamaño de sus alas  del color del oro blanco era un poco angosto, por eso, el ángel replegó un poco más las alas contra su cuerpo y siguió avanzando, obviando aquella mala sensación que le provocaba el poco espacio.

            Durante su camino hacia la oficina del director del Gremio, el ángel se cruzó con algunos cazadores que lo observaron fijamente —algunos con recelo, otros con admiración— pero él estaba acostumbrado a recibir esas miradas por parte de los mortales que pasaban por su lado. BaekHyun siempre había sido uno de los ángeles más bellos de oriente y rivalizaba en belleza con muchas de las criaturas más hermosas que había en el mundo.

            Cuando el ángel se encontró frente a la puerta del despacho se detuvo y llamó débilmente con sus nudillos, esperando la respuesta del interior que le indicara que podía pasar. Esta no se hizo de rogar y BaekHyun no esperó mucho más para abrir la puerta de madera e ingresar a la habitación.

            Detrás de una mesa de escritorio de aspecto caro, se encontraba el director del Gremio de Seúl, con una sonrisa afable en su rostro, dándole la bienvenida.

            —¿Qué te trae por aquí? —lo escuchó preguntar. La voz de aquel hombre que rondaría la treintena era suave y cálida y te invitaba a compartir todos tus secretos.
            —La desaparición de uno de los vampiros que están bajo el mando de Zhang YiXing —respondió, parco en palabras.
            —¿Puedes darnos algo más, BaekHyun? —cuestionó el hombre, levantándose de la silla de cuero y respaldo alto en la que estaba sentado. Al ángel no le sorprendió que supiera su nombre porque al igual que el Gremio tenía sus informaciones, los ángeles y vampiros también tenían las suyas.
            —Su nombre y su descripción física —dijo—, además de la posibilidad de rastrear su aroma si hay en este lugar algún cazador nato. Con eso debe ser más que suficiente, señor Kim —el hombre asintió.
            —Es más que suficiente para que alguno de mis Cazadores se ponga manos a la obra inmediatamente —contestó.
            —Perfecto —BaekHyun esbozó una sonrisa que en otra época habría hecho caer imperios—. Su nombre es Lu Han y es el vampiro más hermoso que jamás hayas conocido —describió—. Estaremos esperando a tu sabueso en el piso de Gangnam dentro de unas horas.

            Tras decir aquellas palabras, BaekHyun se giró hacia la puerta y salió del despacho. Su cometido en aquel lugar había finalizado, ya solo quedaba que el Gremio realizase su trabajo rápida y limpiamente para que todo volviera a ser como antes y YiXing no tuviera que preocuparse por su oveja descarriada.

★★★

            JongDae se despertó a media tarde, después de estar durmiendo desde la mañana temprano y se dio una ducha porque se sentía muy pegajoso. Era verano y, aunque por la noche siempre refrescaba, la caza lo había hecho sudar. Meterse debajo del agua fría y sentirla recorrer su cuerpo hasta relajar todos sus músculos era un gran placer para el cazador y no se privó de nada durante la casi media hora que duró aquella refrescante ducha. Cuando salió del baño, con una pequeña toalla anudada en su cintura y con el pelo —quizás más largo de lo que era habitual en él— goteándole sobre los hombros, se encontró con ChanYeol en la cocina y esbozó una pequeña sonrisa cínica.

            —A ti quería verte yo —le dijo, haciendo que el más alto se sobresaltara y casi se le cayera la taza de humeante café que tenía en las manos.
            —Joder, ChenChen, en otra vida tuviste que ser gato porque no he escuchado tus pisadas —comentó ChanYeol, llevándose una mano al pecho para darle mayor dramatismo a sus siguientes palabras—: me has dado un susto de muerte.
            —Pues yo te veo bastante vivo —JongDae pasó por su lado y abrió uno de los armarios superiores para tomar el pan de molde—, y no hago ruido porque soy un buen cazador, no como tú, que siempre pareces un elefante en una cacharrería.
            —Idiota —murmuró el otro por lo bajo y el mayor aprovechó para clavarle el dedo en el costado.
            —La próxima vez que te metas en mi cama con JunMyeon cambia las sábanas al menos —JongDae dijo aquello con hielo en su voz para que ChanYeol aprendiera la lección mientras buscaba algo en el frigorífico que ponerle a su sándwich—. Odio dormir donde otra gente ha follado y el olor a sexo y sudor no es algo que me apasione a no ser que haya sido yo quien lo haya practicado.
            —Lo sé, lo siento —ChanYeol se acercó a él para darle un cariñoso abrazo por la espalda y el chico se dejó mecer entre aquellos largos brazos con una pequeña sonrisa, demasiado pequeña para que el otro la pudiera ver—. Pensaba dejarte la habitación como estaba, pero como me llamaste para que fuera a recoger y a identificar al cuerpo no me dio tiempo a nada.
            —Ajá… —murmuró, untándole mantequilla al pan—. ¿Y lo de hacerlo en mi cama fue por morbo o…?
            —Tu habitación está antes que la mía y no podía aguantar las ganas de metérsela a JunMyeon —contestó—. Lo siento, la próxima vez me aguantaré un par de metros más para evitar percances.
            —Espero que te acuerdes de tus palabras la próxima vez que te traigas al dire al piso.

            JongDae se giró en los brazos del más alto con su sándwich ya preparado y se alzó de puntillas para darle un beso en la nariz antes de salir de la cocina y sentarse en el sofá a ver la tele un rato. Apenas había cogido el mando y había pulsado un botón aleatorio cuando el teléfono de la casa comenzó a sonar y se tuvo que estirar como un gato sobre el sofá para cogerlo.

            —¿Diga? —contestó.
            —JongDae… —escuchó decir su nombre a la voz del director del Gremio y el chico inmediatamente llamó a su compañero de piso.
            —¡Yeol, tu churri está al teléfono!
            —No quiero hablar con ChanYeol —dijo JunMyeon al otro lado—, y no soy su churri.
            —Mmm… ¿entonces qué pasa? —JongDae le dio un bocado a su sándwich y le indicó a ChanYeol con su mano que no era para él la llamada mientras escuchaba atentamente lo que el otro le decía.
            —Se ha escapado uno de los vampiros de Zhang YiXing y quieren que un cazador lo busque —contó—. Dado que necesitan que el trabajo sea rápido y nos van a dar un buen rastro que seguir, tú eres el más indicado para el trabajo.
            —Acabo de volver de una caza, JunMyeon… —comentó, como si aquel hecho no fuera algo obvio—. SeHun también es un cazador nato, encasquétaselo a él.
            —SeHun lleva un par de días en Rusia detrás de aquella vampira de pelo morado que se escapa una y otra vez de él solo para que la encuentre —respondió el director.
            —Dile a SeHun, por si aún no se ha dado cuenta, que HaYoung quiere algo con él y que la próxima vez que la atrape se la tire, así se le acabará el problema —comentó—. ¿Kris tampoco está operativo? —aventuró.
            —Sabes que no tiene tan buena nariz como tú y que los vampiros bonitos le pierden —le contestó—, y según me han informado Lu Han es bastante guapo.
            —Total, que solo te quedo yo y no tienes más opciones, por eso me das el trabajo a mí a pesar de que estoy reventado —bufó.
            —No te enviaría si tuviera a alguien más y lo sabes, Kim JongDae —respondió.
            —Como esto lo hayas hecho para poder otra noche en el apartamento con ChanYeol juro que te mato en cuanto encuentre al vampiro —amenazó, aunque había una pequeña sonrisa en su rostro por la emoción de una nueva caza.
            —No, solo quiero al mejor para realizar un trabajo limpio y rápido —dijo—. Después de esto no te asignaré más cazas en algunas semanas.
            —Perfecto.
            —Te esperan en el piso de Zhang YiXing en Gangnam lo más pronto posible —anunció—. Allí encontrarás el rastro de Lu Han.

★★★

            JongDae había estado pocas veces en aquella zona de Gangnam porque allí solían vivir los ángeles y no le gustaba demasiado su presencia. Eran seres demasiado inhumanos y fríos, por muy hermosos que la gente los encontrara. Cuando el cazador los ha visto volando, surcando los cielos de la ciudad de Seúl, siempre ha sentido escalofríos recorrer su columna vertebral, y no de placer precisamente.

            El chico caminó hacia el edificio que JunMyeon le había indicado y llamó al porterillo para hacer saber a la gente de arriba que había llegado. No tuvo que esperar más que unos segundos para escuchar una voz aterciopelada preguntarle quién era y él solo tuvo que asegurar que se trataba del cazador del Gremio para que le abriesen la puerta. Al subirse al amplio ascensor, JongDae se recolocó las armas que llevaba en su cuerpo para que pasaran lo más desapercibidas posible y se miró al espejo del cubículo, viendo que tenía mucha mejor cara que aquella mañana. Cuando el ascensor se detuvo, el cazador se dirigió a la puerta del apartamento que estaba abierta, lugar en el que le esperaba un vampiro alto, con los ojos muy rasgados y bolsas oscuras bajo sus ojos, que contrastaban enormemente con su piel canela.

            JongDae aceptó la invitación del vampiro al interior del apartamento y tuvo que concentrarse en demasía para aislar todo el olor a vampiro que había en aquel lugar —le había molestado un poco en el vestíbulo, pero allí dentro estaba muy reconcentrado y le dieron ganas de salir a la terraza para respirar un poco del aire cargado con polución de Seúl, pese a que las alturas y él nunca se habían llevado bien—.

            —El cazador del Gremio, ¿verdad? —le dijo aquel mismo vampiro y JongDae comprobó que era aquel que le había contestado al telefonillo también. Asintió a su pregunta, incapaz de abrir la boca todavía para respirar correctamente—. Te llevaré con BaekHyun.

            JongDae sabía que BaekHyun era el segundo de Zhang YiXing y, según la información que le había pasado Irene cuando se lo había pedido algunos minutos antes, su amante también. Probablemente no vería al ángel que contaba con más de quinientos años a sus espaldas y realizaría todos los trámites con el otro.

            Mejor, se dijo, cuánto más antiguos, más inhumanos.

            El cazador fue llevado hasta una habitación en la que se encontraba el ángel al que debía ver. Este se giró en cuanto notó su presencia y le dedicó una especie de sonrisa que habría hecho caer imperios en otra época.

            —¿Tú eres el sabueso? —cuestionó. Aquella comparación le crispó los nervios un poco a JongDae porque aunque los cazadores natos tenían mejor olfato y oído —además de mayor agilidad y fuerza— que los demás, no eran nada parecidos a los perros.
            —Si por sabueso te refieres al mejor cazador nato de toda Corea; sí, soy yo —respondió, cruzándose de brazos y dirigiéndole una mirada dura que fue correspondida por una sonrisa traviesa por parte del ángel.
            —Perfecto, esta es la habitación de Lu Han —anunció—. Te dejo vía libre para que olfatees su ropa y luego salgas en su busca.
            —No me hace falta olfatear su ropa —contestó. JongDae aisló todos los olores vampíricos del lugar y se quedó con la esencia que más predominaba en aquella habitación: una mezcla a hierba recién cortada y a verano—. Ya tengo su rastro.
            —Vaya… —murmuró BaekHyun. Parecía levemente asombrado y eso fue algo que se anotó el cazador como una pequeña victoria—. Entonces ya no necesitas nada más, ¿verdad? —JongDae negó—. YiXing quiere tenerlo pronto de vuelta, así que no lo hagas esperar demasiado.
            —Descuida —el chico se dio la vuelta para salir, siguiendo el rastro que acababa de encontrar—. Soy muy rápido haciendo mi trabajo.

★★★

            Apenas llevaba siguiendo aquel aroma un par de horas cuando JongDae se encontró el primer signo de que estaba haciendo perfectamente su trabajo. En Cheongdandong, cerca del edificio de una empresa de entretenimiento que entrenaba a chicos y chicas guapas para que cantaran o actuaran, el cazador vio el cuerpo de un muchacho tirado en un callejón. Se acercó rápidamente a él para buscarle las constantes vitales y las halló sin mucho problema, además de encontrar dos orificios de colmillos en su cuello. Aquel muchacho moreno y de piel pálida seguía vivo, aunque se encontraba demasiado débil y necesitaba una transfusión de sangre inmediata.

            JongDae sacó su teléfono móvil y llamó a ChanYeol para que fuera a por él y lo llevara a un hospital para que él pudiera seguir con la caza de aquel vampiro.

            El cazador olfateó el aire en busca de su rastro, encontrando un leve matiz a sexo junto con los otros dos olores característicos que llevaba persiguiendo durante un tiempo. Se volvió a agachar junto al chico y vio que aquella esencia procedía de él. Probablemente habría querido probar lo que era que un vampiro le succionara la sangre mientras tenía sexo con él. El vampiro tenía bastante autocontrol para haberlo dejado vivo, así que no podía ser demasiado joven, más bien, debía tener mucha más edad para poder haber hecho algo como aquello. Por este motivo, sacó su teléfono móvil de nuevo para llamar esta vez a Irene.

            —¿A qué debo tu llamada, cariño? —le preguntó ella. De fondo, JongDae podía escuchar cómo sus dedos tecleaban a gran velocidad en el ordenador.
            —Necesito que me digas todo lo que encuentres sobre Lu Han —contestó.
            —¿El vampiro de YiXing? —cuestionó ella, aunque sabía que estaba en lo cierto y no le hacía falta el asentimiento de JongDae—. Creía que no te hacía falta que yo investigara para ti porque con tu olfato te valía para capturar a los vampiros, pero ayer me pediste una foto de Kai y hoy que te busque información de Lu Han.
            —Irene…
            —Sí, está bien —el chico la escuchó teclear de nuevo—. ¡Qué guapo! —exclamó y JongDae oyó un par de “a ver” de dos voces que distinguía muy bien, una era la de Joy y la otra la de Wendy—. Chicas, atrás —les pidió porque seguramente se habían echado sobre ella para ver mejor al vampiro—. Es un vampiro que está a punto de cumplir su contrato, solo le quedan algunos meses, así que es algo raro que se haya escapado de su dueño —comentó.
            —O sea… que tiene casi un siglo —murmuró JongDae.
            —Exacto —contestó Irene—. Ten cuidado, JongDae —le deseó—, por muy bueno que seas, un vampiro de casi cien años es fuerte incluso para ti.
            —Lo sé —el chico olfateó el aire para dar con la esencia que buscaba y seguir con su caza.
            —Si necesitas ayuda no dudes en llamar, mandaré a alguna de estas dos pelmas para que te cubra las espaldas —JongDae escuchó protestas al otro lado de la línea.
            —No te preocupes, Irene —aseguró—. Me las apañaré —y colgó.

★★★

            La noche caía con todo su peso sobre la ciudad de Seúl y, a pesar de lo bulliciosa y llena de vida que estaba siempre, a esas horas ya no había casi gente en la calle. JongDae seguía siguiendo el rastro de aquel vampiro que le habían encomendado encontrar rápidamente, vampiro que parecía deambular de un lado a otro y sin rumbo fijo. Sin embargo, JongDae sabía que pasar varias veces por el mismo punto era una estrategia para embotar sus sentidos y que perdiera su rastro antes de dar con él.

            Lu Han parecía ser un vampiro muy listo, pero JongDae era el mejor cazador de aquella región y, a veces había sido requerido por sus servicios en lugares muy lejanos del mundo.

            Mientras el cazador intentaba determinar cuál de los tres rastros que tenía frente a él era el más reciente, una bocanada a hierba recién cortada y verano le vino de repente y supo que su vampiro no debía de andar muy lejos. Miró a un lado y a otro, intentando determinar cuál había sido el lugar del que procedía, pero sin dar ningún motivo a su posible observador para que se sintiera amenazado. Tenía que ser cauto ahora que lo tenía tan cerca.

            Por ese motivo, JongDae pensó que lo más sensato que podía hacer era seguir un rastro más antiguo hasta perderse de la vista del vampiro y luego buscar detenidamente el lugar en el que se encontraba. Sin embargo, la criatura que tenía que cazar tenía otros planes.

            Cuando a JongDae le vino otra bocanada de la esencia del vampiro la notó muy cerca, demasiado cerca para su gusto y el cazador se giró rápidamente, sacando una de sus pistolas de la cartuchera que tenía en su muslo y apuntando a la figura que se encontró.

            Tanto JunMyeon como Irene tenían razón: Lu Han era la criatura más hermosa que había visto en su vida. Tenía un rostro aniñado que podría pertenecer perfectamente al de un adolescente, pero JongDae sabía que solo se convertían en vampiros a personas que superaran los veinte años de edad; sus ojos eran casi como los de los occidentales y sus facciones suaves y delicadas, sus labios eran rosados y parecían de terciopelo, aunque tenían algunos restos de sangre probablemente del muchacho que se había encontrado horas antes.

            JongDae contuvo el aire ante tal despliegue de sensualidad y cuando volvió a inspirar, mezclados con la esencia que llevaba persiguiendo toda la noche, el cazador nato notó una nada sutil esencia a chocolate con fresas y a promesa de sexo duro. El chico jadeó sin poder evitarlo. Tenía las defensas bajas porque nadie le había informado de que el vampiro pudiera hacer aquello, de hecho, si alguien lo hubiera sabido, nunca lo habrían enviado, porque un cazador nato frente a aquellos aromas y aquella poco sutil invitación a sexo desenfrenado era más bien inútil.

            El chico se sintió muy excitado y no tuvo que mirarse la entrepierna para saber que su miembro se estaba poniendo cada vez más duro, este luchaba por abrirse paso y escapar de sus bóxeres y pantalones de cuero.

            —Vaya, vaya —murmuró Lu Han, acercándose a él. JongDae quiso dar varios pasos atrás, coger su teléfono y avisa a ChanYeol de que lo necesitaba, pero no pudo hacer nada de aquello y solo se quedó en el sitio, en mitad de la acera, viendo cómo el vampiro se quedaba a un par de pasos de su cuerpo y seguía expeliendo por todos sus poros aquella promesa a sexo que lo estaba excitando tanto—. Sabía que debía tener a un buen cazador nato detrás de mí —comentó—, aunque en mi vida me había imaginado que fuera uno tan sensible a mis encantos.

            JongDae quiso abrir la boca para contestarle algo, pero sus fosas nasales fueron inundadas con otra ración de aquella esencia que lo estaba volviendo completamente loco y que lo estaba haciendo sentir pulsaciones en su miembro.         Lu Han pareció ser consciente de ello porque rio levemente antes de salvar la distancia que los separaba por completo para dejar un beso húmedo en sus labios que hizo sentir al cazador mucho más necesitado de lo que ya estaba.

            —Ven conmigo, cazador —le susurró. Su voz debería de haber sido clasificada como un pecado mortal—. Ven conmigo si quieres pasarlo bien.

            El vampiro echó a andar… y JongDae fue tras él.

★★★

            JongDae volvió en sí cuando sintió un placer infinito recorrer todo su sistema nervioso y lo primero de lo que se dio cuenta fue de que acababa de tener un orgasmo y que este había sido provocado por las manos finas del vampiro que había junto a él en una cama. El cazador se mordió el labio inferior con fuerza y se recriminó mentalmente por ser tan débil, por haberse dejado engatusar por aquella esencia tan sexual que el otro emitía y por haber acabado en la cama con él. Sin embargo, no pudo hacer mucho más porque aquella esencia estaba de nuevo invadiendo sus sentidos, acompañada esta vez del olor de su propio semen.

            —No sabía que fuera tan divertido hacer que un cazador nato se rindiera a mis encantos —sus palabras deberían haberlo enfurecido, pero JongDae era incapaz de pensar con claridad—. Tenía que haberlo probado antes, pero no estaba seguro de que hubiera un cazador tan sensible como tú en este lugar.

            JongDae tragó saliva e intentó por todos los medios aislar aquel olor que lo perturbaba tanto, pero no consiguió absolutamente nada.

            El cazador notó de nuevo las suaves y cálidas manos del vampiro sobre su miembro, endureciéndolo casi al instante. El chico quiso apartar las manos de aquel lugar tan sensible de su anatomía, pero no pudo hacerlo porque descubrió que tenía las manos atadas al cabecero de la cama. JongDae maldijo por lo bajo y escuchó la risa clara del vampiro, risa que le hizo sentir un escalofrío recorrer todo su cuerpo, desde la punta de los dedos de sus pies hasta su cabello.

            —No puedes escapar de mí, cazador —susurró gravemente, inclinando su cabeza sobre su miembro. El aliento caliente despertó su miembro de una forma más rápida—. Además, tenemos que jugar…

            Y aunque JongDae no quería por nada del mundo, se dejó llevar porque no podía hacer absolutamente nada contra la voluntad del vampiro ni con aquellas esencias tan sexuales que expelía por todos sus poros, excitándolo de una manera que el cazador nunca habría creído posible.

★★★

            ¿Cuántos días llevaba en aquel lugar? No lo sabía realmente. Tampoco era algo que le importara demasiado porque el tiempo que estaba pasando junto a Lu Han estaba siendo maravilloso.

            Aquellos eran pensamientos que avergonzaban a JongDae pero que no podía evitar tener después de estar sometido durante tanto tiempo a sus esencias, a su cuerpo. Debía regañarse mentalmente por ello, pero cuando volvía a sus sentidos, Lu Han volvía a expeler aquella esencia sexual que hacía que su mente se nublara por el deseo de aquel ser de cuerpo escultural que se había encaprichado de él, al parecer. El cazador intentaba resistirse a aquello y, en ocasiones lo conseguía durante algunos minutos, pero después volvía a caer en aquella espiral de placer, cegado por sus agudos sentidos.

            En un momento en el que el chico estaba algo más consciente aprovechó para preguntarle al vampiro por qué lo mantenía allí y Lu Han apareció ante él, desnudo, exhibiendo aquel cuerpo del pecado y JongDae tuvo que hacer acopio de todas sus fuerzas y de pensar en algo asqueroso —como la vez que pilló a ChanYeol chupándole la polla a JunMyeon en su despacho— para no caer de nuevo en los encantos del vampiro.

            —¿Por qué? —cuestionó, subiéndose a la cama y gateando para quedarse sobre él—. Porque me gusta jugar contigo… —susurró contra sus labios antes de tomarlos con los suyos—. Es muy divertido.

            Una respuesta parecida había recibido anteriormente el cazador, pero no por ello iba a dejar de intentar averiguar el por qué se había escapado de su dueño cuando apenas le quedaban unos meses para terminar el contrato que efectuaban los vampiros con otros vampiros o ángeles durante sus primeros cien años de vida.

            —¿Y por qué te escapaste del control de YiXing? —preguntó, haciendo gala de todo su autocontrol, aunque ya le quedaba poco para rendirse a los aromas a sexo y a chocolate con los que estaba llenando la habitación el vampiro.
            —Estando bajo su mando no podía divertirme —respondió.

            Aquello tenía que haber preocupado a JongDae, pero no lo hizo porque se estaba dejando llevar de nuevo por sus sentidos y la boca de Lu Han en su cuello le estaba provocando una sensación tan exquisita que el cazador sentía cómo podía llegar perfectamente al orgasmo sin que este tocara ni una sola vez su miembro. Con los últimos pensamientos claros en su mente, JongDae deseó que esta vez el vampiro tuviera cuidado al clavarle los dientes y al penetrarlo porque aún sentía adoloridas algunas partes de su cuerpo.

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            ChanYeol colgó el teléfono de nuevo tras haber esperado a que los tonos terminaran. Llevaba haciendo eso desde hacía dos días y estaba bastante preocupado por su mejor amigo, compañero de piso y cuñado —aunque ese último detalle era algo que los dos preferían obviar, JongDae le había dicho muchas veces que no quería que nadie se enterara que era el hermano menor del director del Gremio—. El cazador miró por la ventana de su piso y luego negó con la cabeza a la pregunta muda de JunMyeon, que se encontraba allí con él.

            No. No había rastro de JongDae y lo único que podían hacer en aquel momento era esperar a que SeHun regresara de Rusia y a que Kris saliera de los sótanos del Gremio para establecer una búsqueda.

            —Tranquilo —murmuró JunMyeon a su lado, echando su cabeza en su brazo porque no era lo suficientemente alto como para ponerla en su hombro—. JongDae es un gran cazador y seguro que está bien.
            —Espero que tengas razón… —susurró él, sin estar convencido del todo.

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            Quizás llevaba una semana en aquel lugar, atado a la cama y moviéndose solo cuando Lu Han se lo ordenaba, siendo víctima día tras día de sus encantos, de su sexo y de sus ganas de jugar. JongDae, en los pocos momentos de lucidez que tenía, intentaba crear planes de escape para poder salir de allí lo más pronto posible, otras veces, pensaba en cómo podría inmovilizar a Lu Han para poder capturarlo y así poder hacer su trabajo correctamente, pero aquellos momentos eran muy pocos.

            Sin embargo, con el paso de los días JongDae se había ido dando cuenta de que el aroma que lo tenía encadenado siempre a los deseos sexuales del vampiro estaba cada vez menos concentrado, como si el otro sintiera que ya no tenía la necesidad de tenerlo coaccionado cada momento del día para que hiciera su voluntad. Aquello podía ser un signo de debilidad o de confianza en sí mismo, pero cuando llegara el momento oportuno, el cazador lo iba a aprovechar en su favor. Solo necesitaba el acceso a uno de aquellos dispositivos que hacían que los vampiros se encontraran completamente indefensos para poder acabar la misión que le habían encomendado.

            Seguramente ChanYeol estaría preocupado por él y por no poder hacer nada por ayudarlo ya que no era un cazador nato y no tenía tan buen olfato, por eso debía ser rápido y acabar con aquello cuanto antes.

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            La oportunidad se le presentó a JongDae mucho antes de lo que esperaba. No había pasado ni siquiera un día desde que había tenido aquellos pensamientos coherentes sobre lo que debería estar haciendo o no cuando se encontró a sí mismo siendo capaz de deshacerse de aquellas cuerdas que lo habían mantenido preso por las muñecas durante tantos días y caminar hasta el lugar en el que se encontraban su ropa, al otro lado de la habitación.

            Para pegarles a la piel el chip a los vampiros había demasiadas armas a su disposición y cada cazador usaba la que más le convenía según sus habilidades para la lucha. A JongDae siempre le había resultado más cómoda de utilizar una pequeña pistola que escondía entre los pliegues de su ropa y que era muy fácil de pasar desapercibida. El cazador casi dejó escapar un pequeño gritito de júbilo al hallarla en el lugar en el que la había escondido al salir de su apartamento, pero se serenó inmediatamente y desplegó todos sus sentidos.

            Debía encontrar a Lu Han, debía inmovilizarlo, debía llevarlo con su dueño y después regresar al Gremio.

            No tardó demasiado tiempo en encontrarlo, el vampiro se encontraba en lo que parecía el salón de la casa viendo la televisión sin prestar atención a su alrededor. Quizás pensaba que JongDae jamás se libraría de sus ataduras y estaba demasiado confiado, porque no le hizo falta más que apuntar a la nuca del vampiro y disparar para terminar el trabajo que había empezado tantos días atrás.

★★★

            Regresar al Gremio después de haber estado desaparecido tanto tiempo y encontrarse al abrir la puerta del despacho del director otra vez a ChanYeol y a JunMyeon en uno de sus calentones no era lo que esperaba el cazador, de hecho, esperaba verlos llorando su pérdida.

            —Creo recordar que os dije que echarais el pestillo —dijo para que ambos notaran que había regresado.

            Rápidamente, tal y como habían hecho la vez anterior que los había encontrado con las manos en la masa —o más bien, con la boca en la polla—, se arreglaron sus ropas y después corrieron a abrazarlo, diciéndole lo mucho que lo habían echado de menos y lo preocupados que estaban por lo que le hubiera pasado. JongDae sonrió y se dejó querer, intentando así, olvidar las últimas palabras que le había dicho Lu Han cuando lo dejó bajo la custodia de Zhang YiXing un par de horas atrás.

            “Nos volveremos a encontrar”.



            Un año después

            JongDae estaba reventado después de pasarse una noche de caza junto a Wendy y no haber conseguido más que encontrar el cuerpo del vampiro que buscaban desperdigado por los jardines de la Universidad Nacional de Seúl y marcado con un tatuaje extraño en su rostro. Wendy había ido con él porque cuando Irene le dio su descripción la chica estaba con ella y dijo que era una marca en una lengua antigua que podía ser bastante interesante. Al final lo único que había podido hacer había sido llevarse el cuerpo en distintas bolsas para que la cazadora lo estudiara, pero JongDae estaba muerto por todo el esfuerzo físico que había tenido que realizar.

            Por este motivo, el cazador simplemente se tumbó sobre su cama y no tuvo que hacer esfuerzo ninguno para quedarse profundamente dormido.

            JongDae se despertó cuando sus fosas nasales captaron un olor muy conocido, un olor que había hecho que durante una semana se sintiera excitado a todas horas, un olor que le traía buenos y malos recuerdos a la vez, un olor a hierba recién cortada y a verano. El cazador nato abrió sus ojos de golpe y se puso en guardia, buscando en la semioscuridad de la habitación hasta que pudo ver la silueta de aquel vampiro centenario sobre su cama, aquel con el que había compartido su sangre y su cuerpo un año atrás.

            —¿Qué haces aquí? —cuestionó el cazador nato antes de que el otro pudiera desplegar sus esencias y lo convirtiera en un muñeco de trapo a su completa merced.
            —Mi servicio a YiXing ha acabado —anunció—, así que ahora estoy libre para que podamos jugar…

            La voz de Lu Han era muy sexual, una clara invitación a pasar una noche en la cama, haciendo de todo menos dormir, pero por primera vez, no había comenzado a expeler aquella esencia a sexo que lo volvía loco. El vampiro no lo estaba coaccionando, quería que tomara aquella decisión por su propia voluntad y JongDae no estaba seguro de cuál era el camino que debía seguir en aquel momento.

            —Sin trucos… sin esencias… —pidió y vio asentir al vampiro en la penumbra de la habitación.
            —Ven a jugar, JongDae.

            El chico no tenía su comportamiento condicionado por nada, pero no pudo resistirse a aquella invitación y se subió a la cama de nuevo, buscando los labios de Lu Han para besarlo con ansia y con fuerza porque al parecer, su cuerpo había echado mucho de menos al vampiro, a aquel ser tan bello y a la vez tan mortífero.




4 comentarios:

  1. Vale, estoy viendo que hay unos cuantos a los que le habia dejado comentario y han desaparecido xd.

    Me gusta como escribes sobre los vampiros, les das un foque diferente a lo general jaja

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    1. Madre mía, eso es grave... ¿Por qué desaparecen los comentarios cuando son cosas bonitas que me alegran?

      Me alegra que te guste mi forma de caracterizar a los vampiros, intento que no sean gente moñas que si les da el sol brillan (?)

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  2. Creo yo que es el segundo LuChen que leo, pero claramente es el que más me gustó. Ángeles, vampiros, cazadores, realmente fue muy bueno y además de que me encanta como escribes.
    Me voy a leer más, Saludos.

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    1. Me alegra muchísimo que fuera el que más te gustara <3 Aw~ muchas gracias <3
      Espero que te gusten los que leas ^^

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