viernes, 28 de marzo de 2014

Private Lessons

Capítulo 1


            Apenas habían pasado algunas semanas de curso escolar cuando ya habían hecho la primera prueba de Historia. El profesor Kim era bastante serio con su trabajo a pesar de haber comenzado a impartir clases apenas acabar la carrera, o quizás era por eso que era tan serio y exigente. BaekHyun no lo sabía, pero si había algo que le pudiera gustar, era cómo impartía ese profesor las clases y cómo se ganaba a sus alumnos. Gracias a él, el chico tenía clarísimo que si optaba a entrar en la universidad lo haría para estudiar Historia.

            La prueba no había sido muy complicada, así que BaekHyun no había tenido problemas en sacar un sobresaliente. El profesor Kim lo felicitó delante de toda la clase y ahí fue cuando comenzó a torcerse todo de nuevo.

            En cuanto el veinteañero abandonó el aula comenzaron las miradas hostiles, los cuchicheos y las palabras hirientes dichas en susurros no tan susurrados como al chico le hubiera gustado.

            —No les hagas caso —le dijo ChanYeol acercándose a él.
            —Sabes que no me importa lo que digan —contestó restándole importancia.

            BaekHyun sabía que todo eran tonterías de adolescentes inmaduros. Pero aun así dolía, dolía mucho, casi tanto como los golpes.

○○○

            BaekHyun sabía que su suerte estaba durando mucho. Había pasado una semana desde que el profesor Kim lo había felicitado por sus buenas notas frente a toda la clase y todavía no había tenido ningún encontronazo con los chicos que desde el primer año lo habían tomado como saco de boxeo, en vez de como persona.

            Aquella era la calma que precedía a la tormenta.

            BaekHyun se levantó de la mesa de la cafetería que compartía con sus dos amigos y les comentó que iba al baño y volvía en unos momentos. Los chicos asintieron y siguieron devorando su almuerzo mientras hablaban del último juego que había salido al mercado y de cómo iban a conseguir descargárselo para poder jugar sin gastarse el dineral que suponía comprar un juego que acababa de ser puesto a la venta.

            El chico recorrió los tan conocidos pasillos de su instituto hasta llegar a los baños de la planta baja. Entró y se descargó en uno de los retretes. Llevaba aguantando desde antes de la hora del almuerzo y ya sentía que explotaba. Sacudió las últimas gotas y se guardó su miembro en los pantalones, después fue al lavabo a lavarse las manos antes de volver con sus amigos. Se las estaba secando en el ventilador, cuando escuchó la puerta abrirse. No le prestó ninguna atención al dato y cuando notó que las tenía completamente secas, se giró.

            BaekHyun dio un paso atrás, haciendo que su espalda baja chocara con el lavabo. Ante él se encontraban los chicos que siempre se metían con él. Se quedó paralizado, sin saber qué hacer. Quería salir de allí rápidamente y correr hasta la cafetería, donde estaría a salvo, pero sus piernas no se movían.

            —Mirad a quién tenemos aquí —dijo uno de ellos.
            —Oh… Pero si es el chico perfecto —contestó otro esbozando una sonrisa que a BaekHyun no le gustó nada.
            —Creo que él no nos recuerda —comentó uno acercándose peligrosamente.
            —Habrá que hacerle recordar entonces —el último se crujió sus nudillos antes de avanzar también.

            BaekHyun no supo de qué mano salió el primer golpe, pero sí supo que le iba a quedar un moretón en el abdomen. A este se le fueron uniendo otros, que encadenados hicieron al chico encogerse sobre sí mismo en el suelo, intentando evitarlos. Sin embargo, las patadas no se hicieron esperar.

            El castaño intentaba contener sus lágrimas, pero estas, traicioneras, lo único que hacían era escaparse de sus ojos, animando más y más a los chicos que lo golpeaban.

            No supo cuánto tiempo llevaban en aquello cuando la puerta de los baños se abrió y BaekHyun pudo ver los pies de un chico entrar a ellos. Pensó que había llegado su salvación, que la persona que acababa de entrar lo ayudaría. Sin embargo, el chico se fue rápidamente, llevándose consigo toda esperanza.

            Cuando, tras lo que a BaekHyun le pareció una eternidad, los que lo golpeaban dejaron de hacerlo y se retiraron, no sin antes escupirle, el chico dejó escapar libremente sus lágrimas.

            Muchas veces había deseado acabar con todo. Si su vida era lo que tanto les molestaba a los demás ¿por qué no hacer que esa molestia dejara de existir? Pero entonces pensaba en su madre, en ChanYeol, en JongDae y en el profesor Kim, en lo tristes y decepcionados que se sentirían y por eso lo único que hacía era tachar los días que le quedaban en el instituto en sus calendarios de Girls’ Generation.

            BaekHyun escuchó como si estuviera en un sueño que la puerta del baño era abierta. También creyó escuchar que una persona lo llamaba por su nombre y le pareció ver que era el profesor Kim el que lo hacía, pero no pudo saberlo con seguridad porque la oscuridad lo reclamó.

○○○

            Al despertar se encontró con un techo demasiado blanco para su gusto. Se giró en la cómoda cama y se encontró con el rostro borroso de su amigo ChanYeol a escasos centímetros del suyo. Abrió los ojos asustado y reculó para alejarse lo máximo posible del otro.

            —¡Maldito seas, Park ChanYeol! —gritó—. Me has asustado.
                —Lo siento, lo siento —se disculpó el más alto—. Pero el profesor Kim nos dijo a JongDae y a mí que te había encontrado desmayado en el baño y nos hemos preocupado mucho.

            En ese momento vinieron a la mente del chico lo ocurrido. Las risas burlonas, los golpes, aquellos pies que lo habían abandonado a su suerte. Intentó que no se notara en su rostro lo que había pasado y esbozó una pequeña sonrisa para que su mejor amigo no se preocupara.

            —¿Qué te pasó? —peguntó ChanYeol.
            —No lo sé —mintió—. Puede que me golpeara contra algo y me desmayara.
            —Tonto~ —canturreó su amigo mientras le desordenaba el cabello—. Descansa, cuando acaben las clases vendré a recogerte de la enfermería y nos iremos a casa.
            —Vale —ChanYeol le sonrió ampliamente y dejó de acariciar el pelo de BaekHyun para levantarse. Después, se fue.

○○○

            Gracias a Dios no tuvo que volver al instituto en un par de días ya que su madre lo obligó a quedarse en casa el sábado para que se recuperara del “desmayo”. BaekHyun les escondió a todos los golpes, tal y como siempre había hecho. No quería que ninguno se preocupara por él.

            Su madre ya tenía demasiadas preocupaciones como para añadirle una más. Su padre los había abandonado cuando BaekHyun iba a comenzar su primer año de instituto y desde entonces ella tenía que trabajar los trescientos sesenta y cinco días del año en una cafetería en la que a pesar de que ganaba bastante dinero, no le pagaban lo suficiente por todas las horas que echaba. BaekHyun se había ofrecido a ayudarla muchas veces pero ella le había dicho que su responsabilidad era la de estudiar y no la de trabajar.

○○○

            Cuando el lunes llegó, BaekHyun se mantuvo distante en la clase de Historia ya que el profesor Kim no hacía más que mirar en su dirección para comprobar si se encontraba bien o no. Aquello lo ofuscaba. Apreciaba muchísimo a su profesor, de hecho era su favorito, su modelo a seguir cuando fuera mayor, pero odiaba que por sus atenciones recibiera aún más maltrato.

            Al acabar la clase, el chico salió rápidamente del salón que le correspondía al tercero A. La siguiente hora tenían Deporte, pero él no podía asistir porque tocaba partido de fútbol y eso significaría tener que enseñar sus brazos y piernas cubiertos de moretones. Sin embargo, no llegó muy lejos.

            —Byun BaekHyun —escuchó que lo llamaba la suave y delicada voz del profesor Kim. No tuvo más opción que detenerse y esperar a que el hombre lo alcanzara—. Me gustaría hablar contigo —comentó al llegar a su lado.
            —Tengo clase… —murmuró el chico.
            —Ya le diré al profesor Hwang que el motivo por el que no asististe era porque estabas hablando conmigo —contestó con una sonrisa.

            BaekHyun no quería ir porque sabía que si se quedaban a solas en su despacho le preguntaría qué era lo que había pasado —porque dudaba que aquel hombre no se hubiera dado cuenta de los golpes sobre su cuerpo—, y él no quería responder a aquella pregunta. Pero no tenía más opción que ir.

            —Está bien —murmuró.

            El profesor Kim sonrió y recolocó los papeles que llevaba en sus brazos para que no se le cayeran al suelo antes de darse media vuelta para comenzar a caminar en dirección a su despacho. BaekHyun dudó unos segundos, pero finalmente lo siguió, ignorando durante todo el camino las miradas hostiles que iba recibiendo.

            El hombre abrió la puerta e hizo pasar a su alumno al interior de su despacho antes de entrar él mismo. Luego le pidió a BaekHyun que se sentara mientras colocaba los papeles en su sitio. Minutos después, estaba detrás de su escritorio, mirando fijamente al chico ante él, que intentaba rehuir su mirada inquisitoria.
           
            —¿Me vas a contar lo que pasó o tengo que preguntar por ello? —dijo.

            BaekHyun agachó la cabeza, dando a entender que no diría nada ni aunque lo torturaran en las mazmorras de Mordor. Durante algunos minutos, el profesor Kim mantuvo la esperanza de que el chico hablara, pero al ver que no lo hacía, volvió a pronunciarse.

            —Si no dices nada no puedo ayudarte.

            El menor agachó aún más su cabeza, intentando esconderla como hacían las tortugas dentro de su caparazón. Si fuera una todo sería mucho más fácil.

            —Está bien. No voy a presionarte —el hombre se reclinó en la silla en la que estaba sentado—. Supongo que algún día lo dirás. Espero que no sea demasiado tarde en ese entonces y aún pueda ayudarte —suspiró—. Puedes irte.

            BaekHyun se levantó de la silla y le hizo una leve reverencia a su profesor antes de dirigirse hacia la puerta. Cuando tenía la mano sobre el pomo, escuchó la voz del profesor Kim a sus espaldas de nuevo.

            —Casi se me olvida —dijo—. Hay un chico en primero al que se le da horriblemente mal la Historia —comentó—. Le dije que le buscaría un profesor particular para que lo ayudara y he pensado en ti —BaekHyun se giró lentamente para encarar al hombre—. Sé que la situación económica de tu casa no es la más adecuada y esto podría venirte bien tanto en el plano económico como en el personal. ¿Qué te parece?
            —Lo pensaré —fue lo único que dijo el chico antes de salir por la puerta.

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4 comentarios:

  1. Alaaaa sí, sí es bullyng. Que fuerte, pobre. No se, me ha gustado pero me ha dejado un poco en shock xd

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    1. Sí... Sí es bulling... Bueno... Estas cosas siempre te dejan en shock...

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  2. ¡Malditos sean esos niñatos de m*****! BaekHyun podría contárselo al menos a sus amigos, que para eso están :/ O al profesor directamente, y que los expulsen ò.ó

    LOL Me encanta lo de que no hablará aunque le torturen en las mazmorras de Mordor xD Esperemos que el profesor Kim no llegue a tanto, que se parece más a Gandalf que a Sauron xD

    Y ya, ya dejo de decir sinsentidos, besitos! :)

    PD: ¡Tao profe de gimnasia! LOL le pega xD

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    1. Muy malditos... Podría, pero él no quiere hacerlo -.-"
      Bueno, es que ese día, mientras escribía, tenía el señor de los anillos puesto y entonces salió solo XD
      Besos ^^

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